martes, 22 de noviembre de 2016

La Gran Tormenta de 2012 ¿y si hubiese llegado?

Colosal erupción solar

La Gran Tormenta de 2012


En julio de 2012 una eyección masiva de material solar que viajaba a más de 7 millones de millas por hora estuvo muy cerca de impactar contra la Tierra. Los científicos creen que si nos hubiera golpeado, probablemente habría provocado un desastre tecnológico de escala global. Satélites, redes eléctricas y de comunicación habrían resultado dañados, explica Daniel Baker, profesor de la Universidad de Colorado en Boulder, quien en su intervención en el encuentro de la Unión Americana de Geofísica ha pedido a sus colegas que abran los ojos de los políticos con respecto a los peligros del clima especial. A su juicio, la tormenta de 2012 es un buen ejemplo para saber ante lo que debemos estar preparados.


Erupciones Solares

Baker cree que esta eyección de masa coronal (CME), fue probablemente más poderosa que el famoso «evento Carrington» de 1859, cuando el Sol golpeó la atmósfera de la Tierra dos veces lo suficientemente fuerte como para iluminar el cielo desde el Polo Norte hasta América Central, permitiendo que los ciudadanos de Nueva Inglaterra leyeran el periódico por la noche a la luz de las auroras. Las CMEs son parte de las tormentas solares y pueden enviar miles de millones de toneladas de partículas hacia el espacio. Estas tormentas «pelan» el campo magnético de la Tierra, como si se tratara de una cebolla, permitiendo que las partículas energéticas del viento solar golpeen la atmósfera sobre los polos.
Auroras boreales

Afortunadamente, la explosión solar de 2012 se produjo en el lado lejano del Sol justo una semana después de que esa misma área señalara hacia la Tierra. Pero la sonda de la NASA STEREO-A capturó el evento, incluyendo la intensidad del viento solar, el campo magnético interplanetario y una lluvia de partículas energéticas solares en el espacio.

Interacción del viento solar con la tierra
«Mis colegas de clima espacial creen que hasta que no tengamos un evento que golpee de lleno la Tierra y cause el caos total, las autoridades no van a prestar atención», apunta Baker.



«La tormenta de Carrington y el evento de 2012 muestran que los eventos de clima espacial extremos pueden ocurrir incluso durante un ciclo solar modesto como el que actualmente en curso», afirma Baker. «En lugar de esperar y recoger los pedazos, deberíamos aprender las lecciones de estos acontecimientos y prepararnos para futuras e inevitables tormentas solares»

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