Colosal erupción solar |
La Gran Tormenta de 2012
En
julio de 2012 una eyección masiva de material solar que viajaba a más de 7
millones de millas por hora estuvo muy cerca de impactar contra la Tierra. Los
científicos creen que si nos hubiera golpeado, probablemente habría provocado
un desastre tecnológico de escala global. Satélites, redes eléctricas y de
comunicación habrían resultado dañados, explica Daniel Baker, profesor de la
Universidad de Colorado en Boulder, quien en su intervención en el encuentro de
la Unión Americana de Geofísica ha pedido a sus colegas que abran los ojos de
los políticos con respecto a los peligros del clima especial. A su juicio, la
tormenta de 2012 es un buen ejemplo para saber ante lo que debemos estar
preparados.
Erupciones Solares |
Baker
cree que esta eyección de masa coronal (CME), fue probablemente más poderosa
que el famoso «evento Carrington» de 1859, cuando el Sol golpeó la atmósfera de
la Tierra dos veces lo suficientemente fuerte como para iluminar el cielo desde
el Polo Norte hasta América Central, permitiendo que los ciudadanos de Nueva
Inglaterra leyeran el periódico por la noche a la luz de las auroras. Las CMEs son parte de las tormentas
solares y pueden enviar miles de millones de toneladas de partículas hacia el
espacio. Estas tormentas «pelan» el campo magnético de la Tierra, como si se
tratara de una cebolla, permitiendo que las partículas energéticas del viento
solar golpeen la atmósfera sobre los polos.
Auroras boreales |
Afortunadamente, la explosión solar
de 2012 se produjo en el lado lejano del Sol justo una semana después de que
esa misma área señalara hacia la Tierra. Pero la sonda de la NASA STEREO-A
capturó el evento, incluyendo la intensidad del viento solar, el campo
magnético interplanetario y una lluvia de partículas energéticas solares en el
espacio.
Interacción del viento solar con la tierra |
«Mis colegas de clima espacial creen
que hasta que no tengamos un evento que golpee de lleno la Tierra y cause el
caos total, las autoridades no van a prestar atención», apunta Baker.
«La
tormenta de Carrington y el evento de 2012 muestran que los eventos de clima
espacial extremos pueden ocurrir incluso durante un ciclo solar modesto como el
que actualmente en curso», afirma Baker. «En lugar de esperar y recoger los
pedazos, deberíamos aprender las lecciones de estos acontecimientos y
prepararnos para futuras e inevitables tormentas solares»
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